«Necesitaremos mujeres en ciberseguridad, incluso aunque haya escépticos a quienes la idea les aterre».

Ilijana Vavan fue nombrada como Directora General Europea de Kaspersky en febrero de este año; estudió computación en la Universidad de Twente (Bosnia y Herzegovina -Países Bajos) y pronto supo que la programación era lo suyo. Pasó por varias multinacionales (Oracle, Microsoft, EGP Group) hasta que aterrizó en Kaspersky. Decidió fusionar sus habilidades comunicativas con los ordenadores hasta que en febrero de este año alcanzó su actual puesto. Hablamos con ella una fría mañana de noviembre en el hotel Hyatt de Madrid, mientras bebemos café y charlamos sobre ciberseguridad y amenazas, sin olvidar nunca la perspectiva de género.

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Vía @EldiarioES

A medida que otro año llega a su fin y nos preparamos para entrar en 2019, es hora de mirar hacia atrás a lo que está sucediendo para las minorías en materia de ciberseguridad. Como es de esperar, hay buenas y malas noticias. La buena noticia es que la industria está despertando a la diversidad. En todas sus formas (experiencia, pensamiento, edad, género, etnia y demás) se habla cada vez más de la diversidad. Hay un reconocimiento para las artes, y que las ciencias sociales y las ciencias de la computación deben unirse. Ha habido un gran impulso para la neurodiversidad, un concepto donde las diferencias neurológicas que incluyen dispraxia, dislexia, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, discalculia, espectro autista, síndrome de Tourette y otros son reconocidos y respetados como cualquier otra variación humana. Además, los gobiernos y las empresas con visión de futuro, en todo el mundo, están comenzando a implementar iniciativas de diversidad en todos los grupos de edad.

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Vía @infosecuritymgz