Al elevarse el nivel de conectividad en los inmuebles éstos se vuelven más atractivos para ser blancos de un “secuestro digital” llamado seigeware.
Trabajar o vivir en un edificio inteligente puede ayudar a ahorrar energía eléctrica, brindar comodidad a quienes lo habitan e incluso puede mantenerse más limpio; sin embargo, su nivel de digitalización también lo convierte en blanco de ciberataques, los cuales van en ascenso constante desde mediados de 2017, según analistas.
Los edificios vulnerables son aquellos que tienen sistemas BAS (Building Automation Systems), los cuales engloban diferentes servicios a través de internet como proveeduría de agua, control del sistema eléctrico, sistemas de circuito cerrado de seguridad, detección de humo, ascensores y otros.
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Vía @expansionMX