Diez cincuenta de la noche, habitual noche lluviosa de agosto. Después de una ya también habitual extenuante jornada, requieres recargar baterías. Tienes hambre, pero necesitas efectivo por lo que te acercas a un cajero automático en una zona que parece ser segura. Te encuentras frente a un ATM y de pronto, sin haber introducido algún dato en el armatoste, el dispositivo comienza a vomitar billetes cuál Moby Dick a Jonás en tierra firme, hasta saciarse y dejar sus entrañas vacías. ¿Qué harías? Es una paradoja; te encuentras frente a una pequeña fortuna que podría ayudarte a cumplir algunos sueños o dejarte en la cárcel, y tus preceptos morales no te permiten tomarla. De pronto, aparece de la nada un tipo encapuchado que comienza a almacenar todo ese tesoro en bolsas, amenazándote, diciéndote que no te acerques y que mucho menos lo mires, y te das cuenta de que te encuentras más vulnerable que nunca por estar en una desafortunada circunstancia… un robo, casi en despoblado, a un ATM.
Give me the money! ¿Parece historia de ciencia ficción? Te tengo noticias: este tipo de delitos no solo suceden en la vida real, sino que cada vez son más comunes en nuestra región. Particularmente en México se han presentado incidentes desde hace algunos años; no olvidemos al tristemente célebre malware Ploutus descubierto en el país en el 2013 y que generó varios dolores de cabeza a algunas instituciones financieras al permitir a ciberdelincuentes controlar dispensadores de dinero de sus ATM. Una referencia más cercana, y casi surrealista, es la de Bandidos Revolutions Team, que bajo un modus operandi similar vaciaban cajeros automáticos. Recientemente, Dimitri Bulichev, Líder del laboratorio de la empresa de ciberseguridad Kaspersky en Latinoamérica dio a conocer el resultado de una investigación donde pone en descubierto un malware dirigido a ATMs en México y Colombia, por lo que “sigue la mata dando”.
Es cierto, los ciber-criminales están siempre un paso adelante, sin embargo, este tipo de operaciones requieren del apoyo e intervención de personas que estén trabajando dentro de instituciones financieras, que conozcan las entrañas digitales de los sistemas bancarios y que tengan la oportunidad de arrancarles pedazos de código y venderlos al mejor postor. Hay mercado.
Nuevamente queda demostrado que debemos poner más atención en el insider y no dejar de lado el screening de colaboradores y proveedores, así como fortalecer los controles de seguridad que permitan detectar actividad sospechosa o anormal en sistemas y redes, como es el caso de soluciones UEBA o las cimentadas en la detección de anomalías basadas en patrones de comportamiento.
En lo que respecta a los ATM es oportuno que implementes protección anti-malware, que generes listas blancas de archivos ATM y que aísles y restrinjas el acceso a la red de cajeros automáticos.
Es cierto: estas acciones no son una “bala de plata”, pero créeme que te quitarás muchos lobos de encima.
Once de la noche. Afortunadamente sales ileso, te vas a tu casa, perdiste el apetito… ¿Qué hubieras hecho si no se hubiera aparecido nadie en el ATM?
Provehito in altum
Por: Juan Pablo Carsi