A principios de este verano, Baltimore fue golpeado por un ataque de ransomware que infectaba las computadoras del gobierno de la ciudad, y el pirata informático exigió bitcoins a cambio de archivos cifrados. Seis semanas después del ataque, los funcionarios de la ciudad aún no podían procesar los pagos o incluso responder a correos electrónicos.
Se han desarrollado patrones similares en ciudades, estados y provincias de todo el mundo, una señal reveladora de que los gobiernos de todo el mundo están bajo amenaza y deben mejorar su postura de seguridad cibernética.
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Vía @gcn