El primer dispositivo con datos para jugar en línea de tus hijos: un arma de dos filos que puede causar efectos negativos en la salud mental, física y emocional en nuestros niños y adolescentes.
Estamos viviendo en una era digital donde el uso de los dispositivos en línea se ha vuelto una necesidad, tanto en el trabajo como en la escuela y en la casa, ya que nos facilitan un sinfín de tareas y además nos brindan entretenimiento, convirtiéndose en nuestro “genio de la lámpara maravillosa” que nos cumple cada uno de nuestros deseos al estar conectados.
Cuando nuestros hijos utilizan video juegos en línea, creo que a todos nos gustaría que esos deseos al menos fueran que los video juegos tengan especial cuidado de la salud mental, física y emocional en nuestros niños y adolescentes para que no les causen ningún efecto negativo y que nuestros hijos no sean víctimas de ciber-delincuentes.
Sin embargo, como padres, el genio no nos exime de orientar a nuestros hijos acerca del buen uso de sus dispositivos y establecer reglas, principalmente porque forman parte de su entorno y éstos, entre otras cosas pueden causar adicción, tal es el caso del video juego Fortnite.
¿Qué es Fortnite?
Es uno de los juegos en línea más populares. Prácticamente cualquier adolescente si no lo ha jugado al menos ha escuchado al respecto; pregúntale a tus hijos. El objetivo del juego es probar la resistencia de los personajes que, mediante alias y avatares, luchan por armas y herramientas que les permitirán sobrevivir de otros jugadores en línea. El último hombre en pie gana la partida. En su modalidad Battle Royale ofrece a los usuarios la oportunidad de conectarse en una batalla de hasta cien participantes, donde puedes chatear y conversar con ellos a través del micrófono del equipo de cómputo. Todos los jugadores luchan en una isla en espacios cada vez más reducidos en medio de una tormenta, con el objetivo de ser la última persona sobreviviente.
¿Cuál es el riesgo?
Según investigaciones de la empresa de ciberseguridad Check Point, se han descubierto vulnerabilidades en el proceso de inicio de sesión del juego, lo cual podría permitir a un ciber-delincuente tener acceso a la cuenta de cualquier usuario, ver su información personal, comprar monedas virtuales en el juego y escuchar conversaciones de casa a través del micrófono.
Frecuentemente ese genio de la lampara maravillosa concede a tus hijos abrir un video juego en línea “gratuito” sin importarle que éste le cause adicción, o peor aún que esté expuesto ya que muchos de los jugadores son adultos. Como indicaba, el juego abre un chat donde se puede tener una conversación con cualquier desconocido corriendo el riesgo de ser acosados por personas expertas en estas prácticas, no descuidemos a nuestros hijos.
¿Sabemos con quién están jugando en línea? ¿Estarán o no en riesgo? ¿O dejamos que jueguen el tiempo que ellos quieran, muchas veces dejando en segundo plano sus obligaciones? No dejemos todo en manos de la lampara maravillosa, ya que se pueden volver sedentarios, sufrir cambios de conducta o volverse ludópatas al ser adictos de este video juego. No bajemos la guardia.
Algunas de nuestras recomendaciones son:
- Fomenta una buena comunicación con tus hijos para que nunca tengan la necesidad de esconderte información.
- Oriéntalos acerca de los riesgos y amenazas que puedan enfrentar con los juegos en línea, donde se comparte cierta información. No permitas que compartan información personal.
- Estipula horarios para la diversión y tareas.
- Mantente alerta y juega periódicamente con ellos para saber el contenido de los juegos en línea.
- Vigila su comportamiento, y si notas algún cambio acude con un especialista.
En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias.
Robert Green Ingersoll
Por Lupita Mejía
